La clase política española y la I+D
Por recomendación de Juan Fernando Gallardo, añado este enlace a un magnífico (a su juicio y también al mío) artículo de César Molinas en EL PAÍS de ayer:
http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html
El artículo es de contenido fundamentalmente social, más que político. En lo que nos interesa en esta asociación y en este blog, hay un párrafo sobre educación e investigación que me parece muy iluminador y que me permito reproducir (el artículo entero es muy largo y aunque en la edición impresa se decía que se podía conseguir el capítulo entero del libro del que el artículo es un extracto, no he visto el enlace por ningún sitio):
«Tal y como establece la teoría de las élites extractivas, los partidos políticos españoles comparten un gran desprecio por la educación, una fuerte animadversión por la innovación y el emprendimiento y una hostilidad total hacia la ciencia y la investigación. De la educación sólo parece interesarles el adoctrinamiento: las estridentes peleas sobre la Educación para la Ciudadanía contrastan con el silencio espeso que envuelve las cuestiones verdaderamente relevantes como, por ejemplo, el elevadísimo fracaso escolar o los lamentables resultados en los informes PISA. La innovación y el emprendimiento languidecen en el marco de regulaciones disuasorias y fiscalidades punitivas sin que ningún partido se tome en serio la necesidad de cambiarlas. Y el gasto en investigación científica, concebido como suntuario de manera casi unánime, se ha recortado con especial saña sin que ni un solo político relevante haya protestado por un disparate que compromete más que ningún otro el futuro de los españoles.»
Los comentarios os los dejo a vosotros.
Tags: Sociedad
Posted in Política científica, Politica española, Sociedad
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Mucho de lo que dice César Molinas en «Una teoría de la clase política española» fue ya dicho hace un siglo por Robert Michels en el libro «Political Parties», publicado en 1911. Según Mitchels los partidos políticos en los sistemas electorales modernos se convierten en castas que sobre todo tienden a perpetuarse y a defender los intereses de sus líderes. A mi juicio mucho de lo que dijo Mitchel vale para los partidos en sistemas multipartidistas como los actuales de España, EEUU o Italia, pero también para sistemas de partido único como la Italia de Mussolini (adonde acabó yéndose Mitchell a enseñar sociología) o la China de hoy.
Por supuesto que considerar las sociedades modernas como partitocracias sería muy simplista, las élites partidistas defienden sus intereses, pero más allá de los partidos está el poder económico, que significa los grandes bancos, las grandes empresas industriales y las grandes fortunas personales. Entre ese poder y los partidos se forman lazos complejos que son a su vez modulados por las elecciones y la influencia del pueblo que es quien en teoría tiene el poder. Por la estupenda ironía con que plantea esos temas hay que considerar magnífico el poema de Erich Fried titulado «En la ciudad»:
Al llegar a la ciudad
pregunté:
«¿Quién manda aquí?»
El pueblo, naturalmente,
me contestaron.
«Sí, naturalmente, el pueblo»
contesté,
«pero ¿quién manda
realmente?»